Por: Eduardo González Velázquez
El Gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, recién cruzó el umbral de su primer tercio de mandato y su promesa de campaña de acabar con la violencia y generar mayor seguridad comienza a naufragar.
Al arranque de su administración, en marzo de 2013, algunos sectores de la población albergaban ciertas expectativas positivas con respecto a la estrategia de seguridad que planteaba el nuevo equipo desde Casa Jalisco, sobre todo luego del paso de tres gubernaturas panistas por la entidad. Sin embargo, al correr de estos primeros 26 meses, las dudas sobre la viabilidad del proyecto de Aristóteles Sandoval y su capacidad para dar una adecuada respuesta a los serios problemas de violencia e inseguridad van in crescendo.
A pesar de la andanada publicitaria desde los espacios oficiales -y oficiosos- para hacer creer que nuestro estado se encuentra lejos de las dinámicas violentas de entidades como Michoacán, Guerrero o Tamaulipas, y que ello no afecta las aspiraciones priístas de continuar detentando el poder, cotidianamente vivimos la pesada realidad que se empeña en pulverizar los discursos triunfalistas, recordándonos que la violencia se encuentra lejos de detenerse; por el contrario, según cifras dadas a conocer por algunas dependencias estatales, este sexenio la violencia continúa en aumento, afectando directamente a varios funcionarios públicos.
Según el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, 103 servidores públicos han sido asesinados en este gobierno, sin contar a varios soldados y elementos de la Gendarmería Nacional que también han perdido la vida, y los 15 policías de la Fuerza Única de Jalisco emboscados y abatidos este lunes en la carretera Mascota-Puerto Vallarta, a la altura poblado de Soyatán (La Crónica, 9 de abril de 2015).
De cara a estos hechos violentos, las preguntas se catapultan: ¿existe una estrategia desde el gobierno de Jalisco para enfrentar al crimen organizado? En caso de existir, ¿en qué consiste? ¿Quiénes son los encargados de llevarla a cabo? ¿Se cuenta con el personal suficiente y técnicamente capacitado para cumplir esa tarea? ¿Realmente se quiere acabar con el crimen organizado o únicamente les interesa administrar el conflicto? ¿Los cuerpos de seguridad e inteligencia se encuentran blindados o han sido infiltrados por el crimen organizado? ¿Es necesaria una mayor presencia del Ejército mexicano en Jalisco? ¿El cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) cuenta con mayor capacidad de fuego que las fuerzas de seguridad estatales? ¿La Fiscalía General del Estado ha sido superada en las labores que se le encomendaron?
¿Es momento de realizar cambios en las esferas más altas del gabinete de seguridad? ¿Cómo explicar el movimiento de 80 hombres fuertemente armados por los caminos del estado sin que ninguna autoridad se percate de ello? ¿Cómo supieron los sicarios el día, la hora y la ruta que tomaría el convoy de camionetas de la Fiscalía? ¿Por qué las policías municipales de la región se mantuvieron al margen de las acciones? ¿Tiene la Fuerza Única capacidad de respuesta necesaria para enfrentar al CJNG? ¿Cuál es el grado de control del CJNG sobre las policías municipales en Jalisco? ¿De qué manera ingresan al estado los arsenales que utilizan los cárteles de la droga? ¿Por qué la Fuerza Única se concentra mayormente en la Zona Metropolitana de Guadalajara? ¿El gobernador Aristóteles Sandoval ha perdido su capacidad de asombro frente a la violencia?
¿Ha tenido un efecto positivo que Enrique Peña Nieto haya señalado a Jalisco como prioritario en su estrategia de seguridad? Para estas y otras preguntas, las respuestas no terminan por llegar. En la medida que las interrogantes no sean contestadas con acciones que lleven a pacificar la agitada geografía estatal, no podremos salir de la curva, como aquella donde fueron masacrados los elementos de la Fuerza Única, donde estamos instalados en medio de potentes ráfagas disparadas por diversos cárteles de la droga en su lucha por el control de la plaza y al tiempo que las autoridades no
atinan de qué manera hacerles frente para garantizar la tranquilidad a los jaliscienses. A querer o no, la curva de preguntas no debe quedar sin
respuestas.
La entrada Violencia en Jalisco: La “curva” de preguntas sin respuestas aparece primero en La Jornada Jalisco.