De cara a la elección presidencial del próximo año en Estados Unidos, la importancia del voto latino continúa en ascenso. Para nadie es un secreto que en la lucha por alcanzar la Casa Blanca los electores hispanos tienen un peso específico fundamental. Así, para despachar en la Oficina Oval, cualquiera de los dos candidatos, sea republicano o demócrata, deberá contar con al menos 60 por ciento de los votos latinos. Ante esta situación, los republicanos se miran en la “necesidad” de jugar con dos cartas diferentes, con un discurso frente a los militantes y con otro de cara a los votantes. Veamos a qué nos referimos.
Esta semana la cadena televisiva Univisión y la encuestadora Latino Decisions (La Opinión, 17 de julio de 2015) presentaron los resultados de una encuesta sobre las preferencias electorales de los hispanos. Lo primero que salta a la vista es que Hillary Clinton mantiene una amplia ventaja sobre cualquiera de los posibles candidatos republicanos. Por ejemplo, si hoy se realizaran las elecciones y el contrincante de Clinton fuera Jeb Bush, la demócrata obtendría 64 por ciento del voto hispano, por 27 por ciento del republicano; mientras que en el improbable caso de una final Clinton-Trump, la diferencia sería 70 por 16 por ciento.
Si bien desde las elecciones de 2004 se ha dado por sentado que el porcentaje de votos hispanos que un republicano necesita para llegar a la presidencia es de 40 por ciento, en estos momentos que los hispanos en Estados Unidos alcanzan casi los 13 millones de votantes frente al constante decrecimiento del sufragio blanco mayor de 60 años, es evidente que con 40 por ciento de los votantes latinos los republicanos no conseguirían llegar a la Casa Blanca. Si a esto le añadimos el lenguaje antimigrante de los republicanos, incluidos los más proclives a los hispanos, como Jeb Bush y Marco Rubio, al día de hoy podemos afirmar que el elector hispano no beneficiará con 50 por ciento de sus votos a los republicanos. Por otro lado, a nivel estatal el porcentaje del voto hispano que necesitan los republicanos para obtener la mayoría en los estados claves en la elección presidencial supera 40 por ciento, vemos: 44% en Colorado; 47% en Florida; 46% en Virginia; 45% en Nevada; 43% en Ohio y 42% en Nuevo México.
Desde luego, las cifras de la última encuesta sólo reflejan el sentir de los electores el día que contestaron a las preguntas, eso no asegura necesariamente la manera en la que votarán, por lo tanto, los demócratas no deben dar por sentado que tienen los sufragios hispanos en la bolsa. Un viraje de las posiciones republicanas podría cambiar sustancialmente el tablero de las preferencias electorales. Ahora falta esperar si los republicanos suavizarán o no sus posiciones.
Sin duda, los republicanos no sólo necesitan comprender que será muy difícil obtener los votos necesarios para regresar a la Casa Blanca sin el sufragio latino, sino que se les presenta una disyuntiva en el escenario de las primarias de su partido: si los candidatos mantienen un discurso antimigrante frente a sus bases pueden obtener la candidatura, pero perder el apoyo general de los electores en las urnas del año siguiente. Caso contrario, si los candidatos se muestran promigrantes, la base republicana no los elegiría a pesar de tener mayores posibilidades de triunfo en las urnas generales.
El trabuco lo pueden resolver favorablemente apoyando desde este momento la puesta en marcha de la reforma migratoria que ellos congelaron, o bien dando un espaldarazo a las disposiciones migratorias de Barack Obama: DACA y DAPA, esto más allá de llevar votos a los demócratas colocaría a los republicanos con posibilidades serias en su camino hacia la Casa Blanca. No deben pensar que el apoyo brindado a las decisiones de Obama en temas migratorios solamente le llevará votos a los demócratas, eso ya lo vivieron en las elecciones pasadas donde sus posiciones antimigrantes les restaron votos que permitieron su reelección en la última ocasión.
Así las cosas, sea por el crecimiento de la población latina, sea por el peso económico que tienen los latinos, sea por las posiciones políticas en espacios de mediana burocracia y en el Congreso y el Senado, hoy por hoy la importancia del voto latino en Estados Unidos aumenta significativamente y de ello parece que se beneficiarían los demócratas en su lucha por mantenerse en la Casa Blanca, sin que esto garantice un mejor futuro para los migrantes latinos. No olvidemos que han sido los demócratas quienes históricamente han endurecido más el cerco contra los migrantes latinoamericanos.
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